lunes, 2 de julio de 2012

MI PATRIA, MI MADRE

Regreso a esta casa después de muchos años. Por primera vez también desde que murió mi madre. Ha estado cerrada los últimos tiempos, mis padres eran demasiado mayores para estar aquí solos tan lejos de los hijos y sin las comodidades que su vivienda habitual les ofrecía, tan imprescindibles para el precario estado de salud de ella. Ninguno de nosotros, mis hermanos o yo, quisimos renunciar a las cómodas vacaciones hoteleras (con todo hecho) más acordes a nuestros gustos de inquietas personas urbanas, por acompañarles a un pueblo perdido. Así, sus veraneos se fueron volviendo esporádicos y finalmente inexistentes.

A pesar de todo ella siempre mantuvo la esperanza de volver aquí, la casa que la vio nacer, el pueblo que en los duros años de posguerra sus padres se vieron obligados a cambiar por las posibilidades de la gran ciudad, una ciudad y una vida a la que mi madre nunca se adaptó del todo aunque se empeñara en hacer ver que sí. Nunca tenían sus ojos tanta luz, nunca estaba tan vital, nunca se recuperaba tanto su salud como cuando habitaba estas paredes, frecuentaba a sus amigos de la infancia y se convertía en una aldeana más.

Recorro las frías habitaciones recordando mis propios veranos, con mis hermanos y primos, juntos y revueltos. La orgía de estrellas en las noches estivales, las visitas nocturnas al cementerio con linternas y besos escondidos, los baños en el río helado sobrevolado de libélulas azules, los famélicos perros y gatos de Antonio, nuestro vecino, que no abandonaban el patio de nuestra casa y que al final del verano se habían vuelto más gordos y lustrosos gracias a los cuidados que nosotros, niños de ciudad ávidos de esas mascotas estacionales, les prodigábamos.

Pero sobre todo mi madre.

Sentada con sus amigas en el banco del camino, todas con delantal, cocinando para la fiesta del pueblo en el horno comunitario, debajo de la higuera centenaria del patio. Mamá ,alma, corazón, viga maestra de la familia.

Siento un violento acceso de nostalgia, no por la niñez ni los veranos perdidos, no por esta casa que dentro de poco dejará de pertenecernos, sino porque ahora comprendo que seré ya por siempre una extanjera, una desterrada, una forastera...

Porque ya nunca, jamás, en ninguna parte, volverán a esperarme los amorosos brazos de mi madre.

8 comentarios:

  1. Ayyyyyyyyyyy que bonito!!Es que una madre es.......una madre!!!!Sin más,como ellas no hay dos!Un besote Ilona!

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  2. Sabes, Ilona, aún leyéndote soy incapaz de acercarme a mi madre. Incapaz. Espero asumirlo el día que falte y no pensar en lo que pude haber hecho y no hice.

    Gracias.

    Núria

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  3. Uf, has conseguido emocionarme con tus palabras. Es que no hay nada en este mundo que pueda compararse al amor de una madre. Un abrazo.

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  4. Hola: me pasó un escalofrío por el cuerpo porque describes muy bien esos pueblos que todos nuestros padres por un motivo u otro dejaron. El de mi familia me recuerda a los largos veranos de vacaciones y siempre que regreso a esa casa siento los olores y las sensaciones de hace años... De todas formas siempre nos faltarán los seres queridos... Me encanta como escribes. Seguimos en contacto

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  5. Que bonito Ilona, las emociones, los sentimientos que describes podrían ser los míos pero no referidos a mi madre si no a mi abuela, pasábamos los veranos en el pueblo, mis padres vendieron la casa al morir ellos y no sienten nostalgia de aquello, se decantaron por un chalet más cerca de la ciudad en el que yo nunca me sentí cómoda ni arraigada, en mi infancia y adolescencia pasé más tiempo con mis abuelos que con mis padres, siento una nostalgia tremenda de aquellos años.

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  6. Ilona !que verdad mas grande has expresado y de una manera tan bonita!, no sabes como te entiendo. Bss

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  7. Querida Ilona
    Transmites siempre tantos sentimientos con tus palabras...Soy muy nostálgica y me aferro mucho a los recuerdos, por unos momentos he sentido contigo , he recordado contigo y he echado de menos a tu madre aún sin conocerla
    Un Beso

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  8. Hola de nuevo, me has emocionado hasta lo más porfundo de mi ser...yo todavía hecho de menos a mis padres, pues sus recuerdos permanecen muy vivos y el dolor es reciente.
    En tus palabras puedo percivir tus sentimientos y se mezclan con los mios, por unos instantes ambas madres eran una sola MADRE.
    Besossssss.

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