domingo, 30 de diciembre de 2018

"EL TESORO DE LUCIO" Belatz


Este 2018 que finaliza, ha sido prolífico en lectura de novela gráfica. Para acabar el año dejo constancia aquí de la última que he leído, "El tesoro de Lucio" publicado por la editorial Txalaparta bajo la autoria de Mikel Santos "Belatz".

El libro cuenta la aventurera vida del anarquista navarro Lucio Urtubia, desde su acciones más conocidas como la negociación con el Citibank al que la falsificación las placas para imprimir cheques de viaje por parte del grupo anarquista de Lucio puso en serio riesgo, hasta su infancia en Cascante, su militancia anarquista, y otras cuestiones que hacen de Lucio un personaje digno de atención. Una vida no por conocida menos apasionante en esta biografía en viñetas.

domingo, 11 de noviembre de 2018

ANTONIO ALTARRIBA, AUTOR DE NOVELA GRÁFICA

Mi último descubrimiento en novela gráfica es Antonio Altarriba (guionista) He leído recientemente sus dos obras "El arte de volar" y "El ala rota" dedicados respectivamente a las biografías de su padre y su madre. Me han parecido excelentes, en ellas da testimonio de las vivencias de cada uno por separado, son dos versiones distintas del mismo periodo histórico, el de la guerra civil y su época previa y posterior, narradas desde el punto de vista de cada uno, que se podría decir también que lo son de las dos Españas. Muy acertado también el dibujo en blanco y negro de Kim.



Actualmente estoy con "Yo, asesino" también guionizado por el mismo Altarriba y dibujado en esta ocasión por Keko, con unas impactantes y oscuras viñetas en color negro, blanco y rojo. Una historia con muchas dosis de filosofía, sobre el asesinato como obra de arte. En ella Altarriba, que es profesor de literatura de la Universidad del País Vasco, también aprovecha para saldar cuentas con el mundo universitario y reflejar las relaciones de poder que se dan en ese ambiente. Me está gustando bastante también.



Antonio Altarriba fue premio nacional de cómic por "El arte de volar"




domingo, 10 de junio de 2018

"CLAUS Y LUCAS", Agota Kristof



Más de diez años llevaba detrás de este libro. Los pocos ejemplares que encontraba disponibles, tenían un precio prohibitivo, y sólo mi persistencia y mis búsquedas recurrentes y periódicas a portales de librerías de segunda mano ha dado su fruto. Al final apareció a un precio, si no bajo, al menos asequible. 


Tengo que reconocer que antes de tener el libro, la persona que me lo recomendó me facilitó un ejemplar en archivo PDF. Pero no era lo mismo leerlo en pantalla que en papel, y hasta no tenerlo físicamente no he querido traerlo aquí.


Lo malo de desear mucho algo, es que a veces no se cumplen las expectativas creadas durante la espera. Tengo que decir que éste no ha sido el caso, y la demora ha merecido la pena.


"Claus y Lucas", de la escritora húngara Agota Kristof,  se compone de tres partes que fueron publiadas en su origen como novelas cortas independientes: "El gran cuaderno", "La prueba" y "La tercera mentira". No sé cual habría sido mi impresión si las hubiera leído sin formar parte de un todo. Para mí, es imposible imaginar la historia sin alguna de sus partes. El relato comienza con la llegada de los dos gemelos de cinco años a la casa de su abuela, llevados por su madre, en plena segunda guerra mundial, para protegerlos de los peligros y privaciones de la contienda. Nunca se alude al país en el que transcurre, pero es obviamente la Hungría natal de la autora.


Cada una de las partes está narrada en un estilo distinto. En la primera es una primera persona plural la voz que nos cuenta el día a día de los niños, arrancados del calor de su vida familiar y obligados a vivir con una abuela brutal que no les hace ninguna concesión, ni moral, ni sentimental, ni física. El estilo es duro, descarnado, desnudo de cualquier sentimiento, ceñido a los hechos rigurosamente. Ésta aspereza no deja de inspirar una emoción intensa al asistir a la dureza de la vida de los niños. Todos los sentimientos evitados en el estilo de la narración, se manifiestan inevitablemente en el lector


La segunda parte es una sorpresa absoluta. Cambia el punto de vista narrativo, y lo que parece que era de repente ya no lo es. Es importante la pista encerrada en el nombre de pila de los niños, que se compone de las mismas letras, alterando el orden puede formarse cada uno de los dos nombres. ¿Claus? ¿Lucas? ¿Ambos? ¿Ninguno? De repente todo lo que dábamos por hecho en el primer relato aquí parece perder veracidad. Reina la incertidumbre.


La tercera complementa y cierra el cículo de las otras dos. Volvemos a la narración autobiográfica en primera persona. Se responden preguntas, se resuelven misterios. O no, siempre queda un espacio para la duda. Una constante en la narración esa aspereza de la escritura, quizá aquí menor que en la primera parte, pero es una paliza psicológica.  La lectura deja una sensación amarga de soledad.  Desde luego, un libro único.


viernes, 18 de mayo de 2018

MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MI, Javier Marías


Leí hace ya un par de meses este libro de Marías de título tan sugerente. Parecerá una tontería, pero me parece importante la buena elección de los títulos de las novelas, En general, le doy importancia a todo lo que compone el libro en sí, desde su aspecto meramente físico, en lo que respecta a encuadernación, calidad del papel o ilustraciones de la sobrecubierta, por ejemplo (no soporto los que promocionalmente ostentan la foto de la versión cinematográfica de la obra) o ya en lo estrictamente literario, una buena primera frase o un final digno de la obra.

Los libros de Marías tienen unos títulos fantásticos, a menudo extraidos de textos de Shakespeare, como ésta que traigo hoy, que pertenece a una frase de la obra Ricardo III: Mañana en la batalla piensa en mí, y caiga tu espada sin filo, desespera y muere. También "Corazón tan blanco" , por ejemplo, homenajea al gran autor inglés, utilizando las palabras de Lady Macbeth. Y otros títulos hermosos como son "El hombre sentimental", "Los dominios del lobo" o "Negra espalda del tiempo", por ejemplo.

Ésta nueva lectura me ha producido muchas satisfacciones. Como otras veces, ha sido una historia llena de reflexiones, no apta para lectores impacientes, pero que pese a su aparente parsimonia está llena de giros argumentales y sorpresas de última hora que dotan a la historia de un sentido insospechado a priori. Marías me parece un autor muy inteligente y muy elegante. Dejo aquí alguna de las frases que me han llamado la atención.

"Mis recuerdos al igual que mis pertenencias me sirven tan sólo a mí y se hacen inútiles si yo muero"

"Tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde. De casi nada hay registro, los pensamientos y movimientos fugaces, los planes y los deseos, la duda secreta, las ensoñaciones, la crueldad y el insulto, las palabras dichas y oidas y luego negadas o malentendidas o tergiversadas, las promesas hechas y no tenidas en cuenta, ni siquiera por aquellos a quienes se hicieron, todo se olvida y prescribe, cuanto se hace a solas y no se anota.

"...las formas y los efectos tardan más en desaparecer y olvidarse que las causas y y los contenidos."

"La cogí y la abracé y así al menos murió contra mí, con mi tacto, murió protegida, murió respaldada. No se atormente tanto."

"Qué desgracia saber tu nombre aunque ya no conzca tu rostro mañana, el rostro que dejamos de ver un día se dedicará a traicionarse y a traicionarnos en el tiempo que le pertenece y le queda, irá apartándose de la imagen en que lo fijamos para llevar su propia vida en nuestra voluntaria o desdichada ausencia."

martes, 6 de marzo de 2018

ESTHER Y SU MUNDO


Esther y su mundo nació en 1971 como serie de historietas creada por el guionnista inglés Philip Douglas y la dibujante catalana Pura Campos. Fue publicada en origen en la revista británica Princess Tina exportándose posteriormente a otros países, entre ellos España donde tuvo una muy buena acogida.

De las muchas amigas de ficción que acompañaron mi infancia y adolescencia de chica solitaria, Esther Lucas fue una de las mejores. El personaje dibujado por mi admirada Purita Campos creció conmigo,  compartiendo rasgos de personalidad importantes que me hacían empatizar con ella. Soñadora, torpe, idealista, de buen corazón... se cruzó en mi camino y se hizo mi compañera.


Además de los guiones de Phillip Douglas, el punto fuerte del personaje era sin duda su representación gráfica obra de la gran Purita. Para una amante del dibujo. la ilustración y los tebeos, era imposible no sucumbir al talento de esa gran artista. La primera viñeta con una Esther de trece años con su bicicleta fue el inicio de una amistad imperecedera. 



Como anécdota, decir que Purita es hija de modista (como yo misma :-D) y esa influencia se nota en sus dibujos, ya que en ellos es muy importante la ropa que visten, con mucha atención al detalle y la moda de cada momento.






En aquellos tiempos, leí "Esther y su mundo" de manera tan compulsiva como desordenada. En capítulos sueltos en la revista femenina "Lily", o en números monográficos  en la Serie Azul de "Joyas Literarias Femeninas" de la Editorial Bruguera. Leí muchísimos, pero nunca leí su final. Un buen día dejé de verla en los kioskos con sus tradicionales dos coletas y pasé a verla con una coleta alta. Supe años más tarde que se hizo una segunda serie más resumida y con la estética de los años ochenta, supongo que dirigida a las nuevas generaciones. Esas aventuras llegaron a mí muy escasamente, y la edad y mi evolución como lectora hicieron que Esther descansara en el imaginario de mis primeras lecturas importantes.

Afortunadamente, mucho mucho tiempo después, se reeditó la historia completa en una colección de 17 tomos, de la mano de una nueva editorial: Glénat, tomando el relevo de la finada Bruguera. Fue una gran emoción volver a ser testigo de la vida de Esther y todos aquellos queridos  personajes: su amor de siempre Juanito, su amiga del alma, la extrovertida Rita, la eterna enemiga Doreen, su hermana Carol, su madre y su padrastro... y una decepción comprobar que efectivamente, en su momento no pude leer el final de la historia porque sencillamente no lo había. Se dejaron de publicar más capítulos y se cortó la historia de manera abrupta. Qué mal.



Sea como fuere, esta colección está muy cuidada, con comentarios sobre el personaje o la época o los autores en cada tomo, una información adicional que resulta muy interesante.



Y Esther de nuevo, tan cercana, tan real, tan normal... que ganó una adepta más en mi hija, que igual que yo treinta años antes, se hizo su incondicional seguidora. Porque el atractivo de los personajes es mucho, aunque parezca que no cuentan nada interesante. Y es que ¿quien no ha amado sin esperanza en la adolescencia? ¿Quien no ha tenido una amiga más popular que nos hiciera sombra? ¿Quien no se ha sentido perdida a los trece años? ¿Quien no ha tenido sueños a los dieciocho?



En 2006 Glénat encarga a un nuevo guionista, Carlos Portela, una nueva serie de aventuras de Esther ya en su edad adulta. Por supuesto, nuevamente es Purita Campos, la encargada de dibujarla. No podía ser de otra manera, imposible dejarla  en manos de otro artista.



En esta nueva etapa de su vida, Esther tiene unos 40 años, está divorciada y tiene una hija, que podria ser ella misma cuando la conocimos. Es extraño pero emocionante verla tan adulta y con una vida tan distinta. El salto temporal da más realismo a toda esta peripecia de seguirla en su trayectoria vital. Es como una amiga a la que has perdido la pista durante muchos años y un dia te la encuentras y te pone al dia sobre su vida.






Y así fue durante tres nuevos volúmenes en los que me reencontré con todos los demás, por supuesto Juanito también. Temía que algo me chirriara  debido al cambio de guionista, pero lo cierto es que Carlos Portela captó perfectamente la esencia del personaje y nada se me hizo extraño en la nueva Esther. Esperaba, eso sí, que esta vez la historia se cerrara, y nos dieran a los seguidores una conclusión a la historia. Leí en alguna entrevista a Purita que había tres títulos más ya preparados para publicar, así que me las prometía felices de que la historia tuviera un desenlace. Pero lamentablemente, corren malos tiempos para la lírica y según he leído en diferentes sitios, la editorial Glénat no atraviesa un buen momento y los tres volúmenes de Esther que cerrarían la historia siguen sin publicar. Una pena. No obstante, ha sido una alegría el reencuentro, tal vez tengamos que esperar de nuevo unos años,  pero yo pienso seguir disfrutando de su mundo, que es casi, casi, el mío propio.