lunes, 31 de agosto de 2020

"EXPIACIÓN", Ian McEwan


En la gran casa de campo de la familia Tallis todo parece fluir con apacible elegancia en el día más caluroso del verano de 1935. Pero el oído atento percibirá sutiles notas disonantes, una creciente tensión que estallará después de que Cecilia, la hija mayor de los Tallis, salga empapada de una fuente, vestida solamente con su ropa interior, mientras Robbie, el brillante hijo de la criada y protegido de la familia Tallis, la contempla... Un libro prodigioso, que va abriéndose como un juego de cajas chinas y que contiene muchas novelas: una romántica historia de amor imposible, una durísima narración de guerra y la novela que dentro de la novela escribe uno de los personajes.




Hace mucho tiempo que este libro me llamaba la atención, sin saber cual era su argumento ni haber leído nunca a su autor. Me gustó su título tan contundente, tan directo, que me hablaba de crimen o pecado, de culpa y arrepentimiento.

Lo tuve en las manos varias veces en distintas librerías sin animarme a comprarlo, no por nada, sino porque otros tuvieron más prisa que él en venirse conmigo. Ví también que tuvo su adaptación cinematográfica que no quise ver hasta que no me lo hubiera leído y de la que procuré huir incluso del trailer para no tener información sobre la trama.

Este verano, por fin, me puse con él. Me ha parecido una gran novela, si bien es quizá algo densa y no apta para cualquiera, o no para cualquier momento. Tengo que reconocer que me costó entrar en la historia, pero llegado a un punto, ya no lo pude dejar. La novela es muy descriptiva y consigue sobre todo generar una gran atmósfera, pero es también lenta en cuanto a la acción y continuamente se tiene la sensación de que cada acto se alarga demasiado. Sobre todo en la primera parte, en la que se producen los hechos que supondrán un punto de inflexión en la vida de todos. No obstante, creo que hace una gran descripción de los personajes, de gran complejidad.

 Sobre el argumento, resulta inquietante cómo la culpa por un acto cometido en una noche de infancia se alarga por el resto de la vida y cómo influye en el desarrollo de la existencia de otras personas. Se maneja de manera excelente los sentimientos que puede desvelar un acontecimiento de esas dimensiones: desde la posible maldad e indiferencia de una criatura, pasando por los sueños de desquite o venganza del afectado, hasta la necesidad de expiar la culpa que no deja vivir a quien la asume totalmente.

Si tuviera que destacar algo realmente notable para mí en esta obra, sería el final. La novela está estructurada en tres partes y un epílogo, y es en este último donde hay un giro argumental completamente inesperado que hace uno se plantee toda la historia. Aporta a la historia ya muy dramática, un dramatismo nuevo. Me parece una conclusión muy emocionante y que a mí me dejó con un nudo en la garganta.

Yo doy mucha importancia a la manera de acabar una historia, para mí un mal final puede estropear todo el libro y uno muy bueno puede redimirlo. En este caso, este epílogo me conmovió profundamente y creo que es uno de los mejores finales que he leído.

Afortunadamente, tantos años esperando leerlo con unas expectativas más bien altas, han tenido su recompensa.

Aquí, el trailer de la adaptación al cine, de 2007 que, ahora sí, espero ver: