Vuelvo a este blog y no sé si creérmelo yo misma.
Parto de cero después de dos años sin leer, éste en el que cumpliré cincuenta y en el que he decidido recuperarme a mí misma después de un tiempo. Los cincuenta espero que traigan la calma de asumir los cambios de la vida, sobre todo el deterioro doloroso que supone la vejez de los padres, la vida adulta de los hijos y las dificultades de una vida inmersa sin paliativos en estos tiempos convulsos que nos tocan vivir,
Después de distracciones internautas diferentes, aventuras feisbuqueras y de otra índole que no me han aportado nada, vuelvo a mi esencia y a la actividad que me define: la lectura. Soy lo que he leído, vivir para leer, leer para vivir... tanto da.
En mis afanes de renovación, no paré hasta cargarme mi blog de 6 años, aunque al final conseguí trasladar todos los contenidos a UN nuevo espacio, calcado de aquel, y finalmente recuperar el original, que ya creía perdido. Tengo todas las entradas, todos los comentarios, pero quien sabe si habre dejado por el camino los 120 seguidores que me acompañaban. Me gustaría que alguno/a volviera a visitarme; en cualquier caso, escribo con menos deseos de compartir, de manera modesta e íntima, como hacía con aquel diario de mi adolescencia. Tal vez el título más apropiado para este blog sería "Diario de lecturas".
He estado dos años sin leer, algo inaudito en mí, y nada me ha consolado de esa lejanía de mis libros. Me propuse retomar la felicidad de la lectura con el nuevo año, y lo he conseguido. Estar aquí escribiendo ésto es una consecuencia de ese feliz regreso.
Parto de cero después de dos años sin leer, éste en el que cumpliré cincuenta y en el que he decidido recuperarme a mí misma después de un tiempo. Los cincuenta espero que traigan la calma de asumir los cambios de la vida, sobre todo el deterioro doloroso que supone la vejez de los padres, la vida adulta de los hijos y las dificultades de una vida inmersa sin paliativos en estos tiempos convulsos que nos tocan vivir,
Después de distracciones internautas diferentes, aventuras feisbuqueras y de otra índole que no me han aportado nada, vuelvo a mi esencia y a la actividad que me define: la lectura. Soy lo que he leído, vivir para leer, leer para vivir... tanto da.
En mis afanes de renovación, no paré hasta cargarme mi blog de 6 años, aunque al final conseguí trasladar todos los contenidos a UN nuevo espacio, calcado de aquel, y finalmente recuperar el original, que ya creía perdido. Tengo todas las entradas, todos los comentarios, pero quien sabe si habre dejado por el camino los 120 seguidores que me acompañaban. Me gustaría que alguno/a volviera a visitarme; en cualquier caso, escribo con menos deseos de compartir, de manera modesta e íntima, como hacía con aquel diario de mi adolescencia. Tal vez el título más apropiado para este blog sería "Diario de lecturas".
He estado dos años sin leer, algo inaudito en mí, y nada me ha consolado de esa lejanía de mis libros. Me propuse retomar la felicidad de la lectura con el nuevo año, y lo he conseguido. Estar aquí escribiendo ésto es una consecuencia de ese feliz regreso.
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