lunes, 4 de abril de 2011

"LIBRO DEL DESASOSIEGO (2)" Fernando Pessoa


El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento analítico, que no es, a fin de cuentas, otra cosa que el pensamiento con sensibilidad. Toda acción es, por naturaleza, la proyección de la personalidad sobre el mundo exterior, y como el mundo exterior está en buena y en su principal parte compuesto por seres humanos, se deduce que esa proyección de la personalidad consiste esencialmente en atravesarnos en el camino ajeno, en estorbar, herir o destrozar a los demás, según nuestra manera de actuar. Para actuar es necesario, por tanto, que no nos figuremos con facilidad las personalidades ajenas, sus penas y alegrías. Quien simpatiza, se detiene. El hombre de acción considera el mundo exterior como compuesto exclusivamente de materia inerte –inerte en sí misma, como una piedra sobre la que se pasa o a la que se aparta del camino; o inerte como un ser humano que, por no poder oponerle resistencia, tanto da que sea hombre o piedra, pues, como a la piedra, o se le apartó o se le pasó por encima. El máximo ejemplo de hombre práctico, por reunir la extrema concentración de la acción junto con su importancia extrema, es la del estratega. Toda la vida es guerra, y la batalla es, pues, la síntesis de la vida. Ahora bien, el estratega es un hombre que juega con vidas como el jugador de ajedrez juega con las piezas del juego. ¿Qué sería del estratega si pensara que cada lance de su juego lleva la noche a mil hogares y el dolor a tres mil corazones? ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos? Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización. El arte sirve de fuga hacia la sensibilidad que la acción tuvo que olvidar. "

6 comentarios:

  1. Bueno es un párrafo bastante demoledor. 'Toda la vida es guerra'; ' Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización', para ceñirse luego a la sensibilidad exclusiva de los artistas. Bueno, bueno.
    Tngo este libro en mi mesilla de noche, y cuando el alma me lo pide, me bebo un sorbito, siempre a la memoria de Wara.
    B-sos! 3spum4

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  2. Hola Ilona... un testimonio muy duro; pero me gustaría pensar que no todo en la vida es guerra ni que estamos dominados por estrategas sin sentimiento, aunque a veces no parezca ser así. Un saludo

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  3. Como el resto del libro, maravilloso y desasosegante. Un libro para volver a él.

    Besucos.

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  4. Es un pensamiento demasiado pesado y duro para mi, creo que hay que sentir y mucho aunque duela...Un abrazo

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  5. Querida Ilona
    Aquí estoy sin apenas tiempo para nada intentando atender a todos los frentes
    Me alegro de encontrarte y de escucharte
    Pessoa tiene mucha razón pero yo prefiero ser más optimista aunque puede que me engañe a mi misma...
    Besos

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  6. Hola Ilona! Me encanta tu blog, está lleno de color, de música y palabras. Y sobre las palabras de Fernando Pessoa quería comentarte esta vez. El hombre es acción, pensamiento y sentimiento. Pessoa dice que no somos "humanos" por nuestra forma de actuar y creo que si fuera como él pensaba que debería ser realmente dejaríamos de ser humanos. Cuestiona de alguna manera que podamos disfrutar de momentos de felicidad porque deberíamos estar sufriendo, lamentándonos y sacrificando nuestra vida por los miles de corazones rotos y hogares hundidos en la noche. Actuar con pensamiento y sentimiento se puede sin hundirnos y condenarnos a la desesperación, fieles a nuestras convicciones, por supuesto que tampoco en una burbuja, se puede actuar desde el lugar que podamos pero que eso no nos impida nuestra felicidad. Acaso si dejamos a amar a alguien que nos ama, deberíamos seguir a su lado para que no sufra? eso sería actuar como humanos? y si lo dejamos, deberíamos condenarnos a la desdicha porque hemos roto su corazón?
    A pesar de no coinicidir en esto con Pessoa, me encanta su obra tan llena de "saudade".
    Te dejo uno de sus poemas que me gustó mucho:
    Poema XXIX

    No soy igual en lo que digo y escribo.
    Cambio, pero no cambio mucho.
    El color de las flores no es el mismo bajo el sol
    que cuando una nube pasa
    o cuando entra la noche
    y las flores son color de sombra.
    Pero quien mira ve bien que son las mismas flores.
    Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo
    fijaros bien en mí:
    si estaba vuelto para la derecha
    me volví ahora para la izquierda,
    pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos pies.
    El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra
    y a mis ojos y oídos atentos
    y a mi clara sencillez de alma.

    Un abrazo!!

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