miércoles, 10 de abril de 2013

LIBROS SOBRE LIBROS



Supongo que muchos lectores habituales conocen "84,  Charing Cross Road" de Helene Hanff. Yo supe de él en un foro literario en el que participaba hace unos años y hasta la recomendación de aquel  forero entusiasta no había tenido nunca noticia de él. 

Hay también una versión cinematográfica muy buena protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins, que adapta muy bien la historia.

Como digo,  tengo un nutrido grupo de libros sobre el tema, como muestra  unos cuantos títulos, además del ya citado:


"Las bibliotecas perdidas", de Jesús Marchamalo, es una recopilación de sus artículos aparecidos en el suplemento cultural ABCD,con apartados curiosos, como los dedicados a las peleas y riñas entre escritores, las manías de los autores para con su oficio, los autores que perdieron el juicio (Maupassant, Schopenhauer, Nietzsche, Mishima), o la influencia que el tabaco ha tenido en la literatura. Muy ameno


Un libro bellísimo por su contenido pero sobre todo por el continente es "La biblioteca de noche", de Albero Manguel. Es una emotiva, erudita y entretenida inmersión en todos los aspectos posibles de las bibliotecas, desde la evolución histórica y conceptual. Profusamente ilustrado, con imágenes de bibliotecas ajenas y sobre todo la suya propia, hermosísima. Me encanta este libro, que además del mío compré para regalar, y suelo sacarlo a manudo de la estantería para hojearlo.





De Alberto Manguel también (éste autor me tiene ganada) "Diario de lecturas". Nuevamente una edición muy cuidada, con una portada irresistible.


Cada vez me gusta más este autor, siento con sus escritos una gran identificación. Soy una viciosa de lo cotidiano,de las historias pequeñas y este libro está lleno de ellas, Como en "La biblioteca de noche", en las que tantas son descubiertas y analizadas, me cautiva sobre todo la atmósfera que él crea en lo que en realidad se presentan incluso las más públicas y grandiosas con el silencioso recogimiento de los libros. Aqui

            habla de la suya de manera más personal. Me gusta un párrafo en el que nos presenta su casa:

"La casa que compramos hace dos años es un lugar maravilloso, un lugar mágico. Está situada sobre una colina de poca altura donde en otro tiempo se alzaba un templo en honor de Dionisio, reemplazado ahora por una iglesia bajo la advocación se san Martín. La iglesia se remonta al siglo Xlll por lo que creemos que la casa se construyó más o menos en aquella época y se amplió más adelante, cuatro o cinco siglos después. El granero antiguo se derrumbo a comienzos del siglo XlX; la primavera pasada restauramos los muros y ahora se ha convertido en mi biblioteca. Juntos, los dos edificios forman un cuadrado abierto con un palomar en cada extremo trunco. Más allá se extiende el jardín y un pequeño huerto plantado sobre lo que fue el cementerio de manera que las ciruelas, las cerezas, los higos y las nueces que nos promete el verano se habrán nutrido de huesos antiguos. Desde que ví la casa por vez primera, en el otoño de 2000, he soñado constantemente con ella."

O estos otros:

"Hoy empiezo a montar mi biblioteca.

Las estanterías están listas, enceradas y limpias."

"Estoy en mi biblioteca, rodeado de estanterías vacías y de torres de libros cada vez más altas. Se me ocurre que puedo rastrear todos mis recuerdos a través de estos volúmenes que se amontonan."

"Dormiré una noche en la biblioteca para apropiarme del espacio. C. dice que eso es equivalente al perro que mea en las esquinas"

Los libros que Alberto Manguel nos presenta en esta obra son releidos por él después de muchos años, y eso le sirve para reflexionar sobre el paso del tiempo y la diferente percepción que ese transcurrir le otorga a la lectura. Nos presenta su vida y su mundo (la vida y el mundo) en relacción con cada libro que aborda. Doce meses, doce títulos, que diría una cadena de televisión... Y leerle me da la sensación de que me invita a sentarme con él y charlar, no en vano en la imagen de la portada figura una taza de café, la taza de café que inevitablemente acompañaría ese tranquilo diálogo.


"Como una novela" de Daniel Pennac, es un delicioso ensayo escrito de una manera sencilla y directa, sobre la lectura, el hábito y el gusto de leer y el mundo adolescente.  Como profesor de secundaria que es, Pennac aborda la relación de los jóvenes con los libros desde la imposibilidad de la presión para inculcar el hábito de la lectura, que únicamente puede ser transmitido mediante la seducción.

"Ex-Libris", de Anne Fadiman, un delicioso anecdotario de su vida como lectora, donde a mí me gustó especialmene el relato de su "matrimonio de bibliotecas", cuando su marido y ella decidieron unir sus libros para hacer una común. (Y me pregunto: ¿serán de verdad todos estos libros tan divertidos o me lo parecen a mí por mi pasión por el tema? Y es que todos, me han gustado mucho)


Fuera del ensayo, también en las novelas es para mí apreciable que en el argumento haya libros, librerías, bibliotecas o escritores de por medio. Así que aquí va un pequeño muestrario de narrativa literaria (habría más pero no es cuestión de aburrir):


"La librería" de Penelope Fitgerald, que compré compulsivamente porque me enamoré de la portada y el título sin saber nada del argumento ni la autora. Me decepcionó un poco, la verdad, esperaba otra cosa y me aburrió. Lo cual indica que al menos en este género, la presencia de los libros no garantiza la diversión.

"Firmin", de Sam Savage, con una rata de biblioteca como protagonista. Lo siento, no empaticé con la rata. La historia se me hizo irregular, hubo momoentos en los que lo pasé bien, y otros que ni fu ni fa, pero soy consciente de que el mayor problema era el protagonista. Imposible meterme en su piel, sobre   todo cuando no podía olvidarme de la clase de animal que era, ya que aparte de leer libros también se los comía ¡horror!

"El club Dumas", de Arturo Pérez-Reverte. Mi novela favorita del autor, del que lo que más me gusta es el gran amor que tiene a los libros. He leído mucho  a Pérez-Reverte, y lo que menos me gusta de él como escritor son sus finales, que me parecen flojísimos. En ésta novela creo que se salva con un final muy digno, o que a mí me gusta bastante. El protagonista, un cazador de libros antiguos, y el club de adoradores de Alejandro Dumas me lo hicieron pasar de maravilla. Además, mi edición de Círculo de Lectores es preciosa, con reproducciones de grabados que son imprescindibles en la resolución del misterio de la trama.





"El lector" de Bernhard Schlink. Tengo debilidad por esta novela. Oí hablar de ella en la radio hace muchísimos años, y el argumento me tocó la parte más sensible de mis neuronas: historia de amor e iniciación adolescente con libros de por medio. Más información  aqui. Diez años después de saber (y no olvidarme) de su existencia, me hice con él de manera fortuita, en una feria de libros de lance. Su lectura me dejó sobrecogida, y es una de las novelas sobre libros que más me ha impactado.


En otra línea completamente distinte (o no tanto, porque comparten la segunda guerra mundial como nexo común)  "La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Gernsey" de Mary Anne Shaffer, delicioso, al que sólo le pongo el pero de que la autora murió antes de finalizarlo y fue su sobrina la que tuvo que rematarlo, quedándome para siempre la duda de si el final será el que hubiese querido la autora o algo completamente distinto. Pero una lectura para disfrutar, en todo caso.

"La ladrona de libros", de Markus Zusak, una preciosa novela que (curiosamente, me doy cuenta ahora) comparte con las anteriores el escenario de la II Guerra Mundial. Una niña alemana combatiendo la guerra medianate los libros que lee y otro que escribe. Me gustó mucho, y es una novela muy original.


La última novela sobre libros que he leído es "La mujer de papel", de  Rabih Aladeddine la historia de una mujer que vive para y por la buena literatura en el convulso Beirut de los últimos años. Excelente sobre todo el personaje protagonista. Con ella si que empaticé, y hacerlo me dio un pelín de miedo, porque compartimos una tendencia al aislamiento que en un personaje literario puede ser atractivo y en una persona de verdad es algo muy poco sano, por mucho que se tenga la compañía de los libros. Afortunadamente la familia es una bofetada de realidad que me obliga a permanecer anclada al mundo.


Por último "La elegancia del erizo", de Muriel Barbery, una historia con bastantes dosis de filosofía y nuevamente un personaje que es un peso pesado: la portera interiormente culta y refinada  de un inmueble parisino que sin duda es el erizo al que alude el título. Me gustó mucho también.

Y ya para acabar, el último ensayo sobre bibliotecas que me leeré próximamente. Lo tenía en la lista de mi cuaderno de libros en busca y captura y hace un par de días al darme un garbeo por la biblioteca pública, cayó en mis manos: "Bibliotecas llenas de fantasmas", de  Jacques Bonnet. El título promete.


8 comentarios:

  1. Hola, 'Charing Cross Road' me parece ina propuesta interesante. Me gustan los libros sobre libros. Alberto Manguel sabe describir escenas cotidianas como si estuviera en el acto. Un post muy completo e inspirador para futuras lecturas. Seguimos en contacto

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    1. Hola Marta, "Charing Cross Road" es muy recomendable, y Alberto Manguel lo sabe todo sobre los libros y la lectura, así que es difícil resistirse.

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  2. No he leído 84 Charing Cross Road, pero sé que cuando lo haga me va a gustar. De entre los que nombras hay muchos que no he leído, mis favoritos son la La ladrona de libros y el Club Dumas, pero con Firmin me llevé una decepción. Besitos!

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    1. Rosseti, si no lo has leído te animo a que lo hagas, no te dejará indiferente, además es muy cortito y se lee de un tirón, al menos yo que fui incapaz de dejarlo hasta que lo acabé. Con Firmin ya digo que tuve mis reparos con el tema del animalito, antes de leerlo pensé que tal vez el autor tuviera el talento de hacer que el lector se sintiera identificado con tan peculiar personaje, pero al menos conmigo no lo consiguió.

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  3. Hola Ilona, me vuelve loca tu blog, cuando era niña pasaba las tardes en la biblioteca y no recuerdo a mi padre sin un libro en las manos, así que tu blog me evoca ésos tiempos. En cuanto a los libros que recomienda me encanto la ladrona de libros y que decirte del club Dumas, que para mi es lo mejor de perez Reverte. Un beso y gracias.

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    1. Gracias a tí por tus palabras, me alegro de que te guste el blog. Los libros me han acompañado siempre, así que supongo que lo del blog sobre ellos era inevitable, aunque en un principio lo creé más por los dibujos y pinturas, lo cierto es que poco a poco el tema libresco se ha ido apoderando de casi todo el contenido.

      Un abrazo.

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  4. Parece que hay una moda cada vez más acusada de libro que hablan sobre otros libros o bibliotecas o bibliotecarios... y van triunfando poco a poco entre los lectores empedernidos porque cualquier cosa que nos suena a libros nos atrae.
    Te dejo un fragmento de uno que no he visto, seguro que porque es fantasía, juvenil, pero que tiene un fragmento sobre libros que me pareció una maravilla
    “Bibliópolis contaba con más de 5000 librerías de viejo oficialmente registradas, y, más o menos, mil tiendas de libros en las que además de libros se ofrecían bebidas alcohólicas, tabaco y hierbas y esencias embriagadoras cuyo consumo supuestamente, aumentaba la alegría de leer y la concentración de leer. Había un número difícil de estimar de vendedores ambulantes, que en estanterías rodantes, carritos de mano, bolsos en bandolera y carretillas ofrecían obras impresas en todas las formas imaginables. En Bibliópolis había más de setecientas editoriales, cincuenta y cinco imprentas, una docena de fábricas de papel y un número continuamente en aumento de talleres que se ocupaban de producir tipos de imprenta de plomo y tinta de imprimir. Había tiendas que ofrecían miles de puntos de lectura y ex libris, canteros especializados en soportes para libros, carpinterías y negocios de muebles llenos de atriles y estanterías."
    La ciudad de los libros soñadores
    Besos

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  5. Querida Ilona
    Transmites tu pasión por los libros y dan ganas de no parar de leer...
    Un Beso

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