sábado, 19 de junio de 2010

ADIOSES

Ha muerto José Saramago. Mi biblioteca está quedándose dolorosamente huérfana. Aunque leo principalmente autores que ya no viven, hay algunos contemporáneos entre mis imprescindibles, Saramago era uno de ellos, pero también me despedí recientemente de Miguel Delibes y un poco antes, de Mario Benedetti.

Uno en la vida se va despidiendo hasta que llega el momento de que eres tú del que se despiden. Y leí una vez a Julio Cortázar una reflexión sobre todas esas despedidas, y hoy sus palabras sirven mucho mejor que las mías :



Burla burlando ya van seis delante

Más allá de los cincuenta años empezamos a morirnos poco a poco en otras muertes. Los grandes magos, los chamanes de la juventud parten sucesivamente. A veces ya no pensábamos tanto en ellos, se habían quedado atrás en la historia; other voices, other rooms nos reclamaban. De alguna manera estaban siempre allí, pero como los cuadros que ya no se miran como al principio, los poemas que sólo perfuman vagamente la memoria.
Entonces -cada cual tendrá sus sombras queridas, sus grandes intercesores- llega el día en que el primero de ellos invade horriblemente los diarios y la radio. Tal vez tardaremos en darnos cuenta de que también nuestra muerte ha empezado ese día; yo sí lo supe la noche en que en mitad de una cena alguien aludió indiferente a una noticia de la televisión, en Milly-la-Forêt acababa de morir Jean Cocteau, un pedazo de mí también caía muerto sobre los manteles, entre las frases convencionales.
Los otros han ido siguiendo, siempre del mismo modo, Louis Armstrong, Pablo Picasso, Stravinski, Duke Ellington, y anoche, mientras yo tosía en un hospital de La Habana, anoche en una voz de amigo que me traía hasta la cama el rumor del mundo de afuera, Charles Chaplin. Saldré de este hospital. Saldré curado, eso es seguro, pero por sexta vez un poco menos vivo.

De Un tal Lucas
Cortázar, Julio; Cuentos completos 2, Buenos Aires, Alfaguara, 1996

5 comentarios:

  1. Hola Ilona, es verdad nos han dejado tres escritores, importantes, nos han dejado un poquito huerfanos, aunque nos queda su obra, para deleitarnos con su escritura. La reflexión del ´texto muy interesante. Un saludo|

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  2. Tal vez como de los escritores queda sus obras son las personas que menos mueren, además no se por qué pero yo en las lecturas conecto más con el autor cuando éste está muerto

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  3. Me gusta lo que has escrito Ilona, es verdad que ellos como personas nos han dejado, pero queda su esencia, lo mejor de ellos y eso nadie nos lo puede quitar.
    Qué palabras mas bellas las de Julio Cortazar.
    Un beso

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  4. Sustine, yo no conecto mejor con los difuntos, pero indudablemente son los que más leo y suelo preferir literatura no novedosa. Pero hay autores vivos con los que entablo una relación especial, como con los tres citados,aunque con Saramago también por su posición de intelectual de izquierdas ideológicamente comprometido, con el que coincidía en casi todo.

    La pena que me producen estas muertes, lógicamente naturales,más cuando se trata de personas ancianas, es su silencio futuro, las obras que ya no escribirán, y me pregunto a dónde van a parar esas obras no nacidas, tal y como los besos que no se dan, las cartas que no se escriben,las palabras que no se pronuncian...

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  5. Madi, el texto de Cortázar me parece precioso y muy acertado, uno empieza a ser consciente de su edad y su caducidad cuando tiene que empezar a despedirse con relativa frecuencia.

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