Mi tierra tuvo el corazón de hierro. Las entrañas del territorio en el que nací y me crié abastecieron de recursos mineros a la industria a la que dio impulso. y que proporciono un medio de vida a toda la zona: Vizcaya y la franja limítrofe de Cantabria. Las minas fueron el punto de partida del gran desarrollo productivo del lugar, que a la vez tuvieron un papel importante en la modificación del paisaje, herido y socavado para arrancarle la materia prima tan apreciada.
Hoy que no hay ya hierro que extraer, se recuperan en rutas de senderismo, las cicatrices de ese pasado. La belleza del paisaje dota de un gran atractivo a los restos de instalaciones de la minería que contrastan en sus estructuras metálicas y de ladrillo con el brillante verde de los montes y el fulgor del mar Cantábrico.
Hoy que no hay ya hierro que extraer, se recuperan en rutas de senderismo, las cicatrices de ese pasado. La belleza del paisaje dota de un gran atractivo a los restos de instalaciones de la minería que contrastan en sus estructuras metálicas y de ladrillo con el brillante verde de los montes y el fulgor del mar Cantábrico.
Una de esas rutas recorrimos el domingo por la mañana. Visitamos el cargadero de mineral de Mioño, en Castro-Urdiales. Partimos desde el inico de la ruta, en el primer túnel ferroviario que ya no es tal, con el antiguo apeadero que iniciaba el recorrido. Es un unbrío paseo lleno de árboles que también producen la sensación de caminar dentro de un túnel, esta vez vegetal.
El tunel tiene unos 600 metros de largo, con carril bici y todo, y es muy transitado tanto por caminantes como por ciclistas. Ya en la pedanía de Mioño, de camino al cargadero, pasamos por delante de las ruinas del taller de las instalaciones , pegado a la pequeña playa de Dícido. Se nos acerco un señor antiguo trabajador de las minas, que sin duda nos tomó por turistas. No le aclaramos que éramos de la zona, mi marido incluso nacido aquí,y le dejamos hablar y contarnos alguna anécdota y aclararnos detalles que no necesitábamos aclarar ;-)) |
Me he imaginado dentro de ese tunel vegetal ...¡qué maravilla!,sería feliz entre tanto verdor
ResponderEliminarCuando mis hijos eran más pequeños hicimos muchas rutas de senderismo por la sierra,echo de menos esos fines de semana...deberíamos volver a recuperarlos
Hacer esa ruta contigo ha sido un placer
Besos
¡Que casualidad! Esta mimsma semana he leído acerca de una ruta de senderismo que también discurria por una antigua mina y ferrocaril que se construyo para su explotación, está en Teruel si no recuerdo mal, la que muestras es preciosa ya que tiene el aliciente del mar.
ResponderEliminarMe parece muy buena idea que se recuperen las minas de este modo.
Un placer conocerte :D
Un beso.
Es una ruta preciosa, y las fotos son increíbles. Parece que aunque sea a veces, la naturaleza es capaz de curar poco a poco las heridas que les causamos.
ResponderEliminarPrincesa, Wendy, Rosetti, el paseo es realmente bello, y la idea de recuperar estas sendas muy habitual aquí en el norte, que es una tierra muy herida por la industria. Gracias por la visita.
ResponderEliminarSustine, en Vizcaya hay multitud de homenajes fabriles, grúas, chimeneas de antiguas factorías... a mí me encanta ese recuerdo de nuestro pasado, porque casi es un tributo personal a mi infancia y mi origen, mis abuelos llegaron a estas tierras para buscarse el sustento en esas industrias hoy desaparecidas. Esa realidad económica configuró el medio social del que soy resultado.
Es muy gratificante encontrar una persona de clase trabajadora que reivindica su origen. Tienes un blog estupendo.
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