miércoles, 27 de marzo de 2019

"LA FORJA DE UN REBELDE", Arturo Barea






La forja de un rebelde, de Arturo Barea, se compone de tres novelas autobiográficas: La forja, La ruta y La llama. El primer tomo cubre su infancia y juventud; el segundo, sus primeras experiencias literarias y, sobre todo, su servicio militar en Marruecos; el tercer tomo, por último, trata del período justamente anterior a la guerra civil y de la misma. Caracterizada por su estilo directo, su recreación casi fotográfica de los lugares, acontecimientos y sentimientos, su lenguaje coloquial, sus conocimientos locales y, quizá sobre todo, su gran honestidad y falta de rencor, La forja de un rebelde ha sido aclamada como una "obra maestra". Muchos consideran la trilogía como el retrato de primera mano más vivo y estremecedor sobre la guerra civil y sus antecedentes. Un crítico inglés llegó al punto de exclamar: "Es tan esencial para entender la España del siglo XX, como indispensable es la lectura de Tolstói para comprender la Rusia del siglo XIX. " Sin duda, La forja de un rebelde se mantiene como una de las contribuciones más importantes para la comprensión de la mayor tragedia de la España del siglo XX.

Fuente: Lecturalia




Hace un tiempo ya que leí esta obra, y no la había comentado, cosa imperdonable.Esta trilogía es una joya. Sobre todo el último volumen, sobrecogedora crónica de la guerra civil, y el sitio de Madrid. El estilo de Barea es tan cercano, que continuamente tuve presente al leer que esa es la guerra que vivieron mis abuelos, no pude dejar de sentirlo como algo personal, y no siempre me ha ocurrido con novelas sobre nuestra guerra. El relato me pareció muy honesto, y en él Barea no escatima críticas para su propio bando, los burócratas de la república con los que tuvo importantes enfrentamientos; pero sobre todo en él se respira el amor a las gentes del pueblo de España. Es muy hábil retratando personajes, tiene la capacidad de dotarlos de alma, y creo que eso es el reflejo de su condición de persona del pueblo, siempre con la sensibilidad a pie de calle. Desesperación, rabia, impotencia, miedo...pero también amor, esperanza, lealtad y heroísmo. La vida y la muerte.Es una biografía que es más un retrato social que personal, el autor pasa por alto muchos aspectos de su vida más privada e incide en los más relacionados con la sociedad en la que se desenvuelve.

Me sobrecogió especialmente  por ejemplo  el Madrid de 1935. Las calles arden, y mientras leo estoy así como paralizada en esas páginas, me da miedo avanzar y sumergirme en la pesadilla de la guerra que vivieron mis abuelos,y que no conseguimos dar por terminada.

Cuando leo un libro basado en hechos reales,  me siento como una espectadora llegada de otros tiempos, como si una máquina prodigiosa me trasladase de mi época a la otra, y me fuera dada la posibilidad de observar solapadamente el desarrollo de unos acontecimientos de los que ya conozco el desenlace, sin poder intervenir para no alterar  su curso natural. Sentirme testigo y no poder hacer nada para evitar todo el horror que generaron me resulta altamente frustrante.

Los tres volúmenes son excelentes. Podrían leerse por separado, pues cada uno tiene entidad propia, pero en conjunto son un documento estremecedor de la sociedad de su tiempo, que nos recuerda quienes somos en realidad, de donde venimos, y ayuda a entender dónde estamos ahora mismo.

jueves, 21 de marzo de 2019

"LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS" Gonzalo Torrente Ballester









Estimado Sr. Torrente Ballester:

Hace un tiempo ya que leí su fabulosa obra "Los gozos y las sombras" y aún no le había manifestado mi agradecimiento por tan maravillosa novela.  Fue la obra con la que me inicié como lectora suya y al terminarla la sentí como una de las que permanecerán siempre conmigo.  Creo que una novela así justifica por si sola una carrera literaria, si no una vida.

Tuve ciertas nociones sobre la historia cuando emitieron en televisión la serie basada en ella, y esos vistazos fugaces, esas pinceladas que me mostraba la pantalla de televisión, en vez de acercarme a ella, me creaban un rechazo, me empujaban hacia el origen, la fuente de la que se servían, su novela. Han pasado muchos años desde entonces, y muchas lecturas, y para una lectora voraz como yo  siempre hay obstáculos y tentaciones, historias que se imponen, seductoras, y que hacen postergar lecturas quizás más satisfactorias o merecedoras de una atención inmediata. El caso es que yo no me olvidé de usted y esperaba el momento en que al final me adentraría en su universo literario. Ése momento llegó, y debo decir que tal vez la demora era necesaria, tal vez había que esperar a que se dieran ciertas circunstancias emocionales o anímicas, no lo sé, el caso es que el nuestro fue un feliz encuentro, uno de los más mágicos de mi vida como lectora. Acaso sea un factor importante que somos paisanos en un 50%, pues soy gallega por parte de madre, y que mis veranos en la tierra que a usted le vio nacer y que es el escenario de su historia me hace reconocibles muchos aspectos de la misma, una gran familiaridad con el tipo de sociedad que describe, aunque cronológicamente no haya coincidencias. Supongo que todo tendrá que ver en el entusiasmo que me suscita, pero es innegable que el mérito es completamente suyo. Su talento para construir unos personajes tan sólidos, una historia tan rica, que comprende todos los aspectos de la vida, el poder, el sexo, el amor, la religión, la moral, el humor... es impresionante. Seguiré leyéndole y espero que cada visita me depare al menos la mitad de satisfacción que ésta. Más, sería imposible.

Su agradecida admiradora

lunes, 11 de marzo de 2019

"EL ADVERSARIO", Emmanuel Carrère



Recuerdo como si fuera ayer, el momento exacto en que oi en el telediario la noticia del suceso que da pie a este libro, en 1993. Me impactó la historia del médico francés Jean Claude Romand asesino de su mujer, sus dos hijos de corta edad y sus padres. Pero si al relato escalofriante de las muertes no le hubieran acompañado los hechos incomprensibles que le conferían una entidad única, tal vez hubiera sido un suceso más, aunque terrible, de la crónica negra de Francia. Pero el médico asesino, no era médico, no trabajaba donde decía que trabajaba, no se relacionaba con quien se suponía, no era, en definitiva nada de lo que decía ser, no era quien decía ser.

Tardé varios años en saber que había un libro sobre esa historia. Emmanuel Carrere se interesó por los hechos, y decidió escribir sobre ellos. La convicción al poco tiempo de que la ficción no bastaría y su dificultad para encontrar el sujeto narrativo de la historia le empujó a buscar un acceso directo al asesino y asistir a su juicio. El relato resultante es una crónica de los hechos que desembocaron en el horror y guarda muchos paralelismos con "A sangre fría" de Truman Capote.

Durante la lectura, lo que más me ha sobrecogido del personaje es su aspecto menos trágico y más sordido, su papel de estafador de su círculo más intimo. Si sólo se hubiera atendido a los últimos hechos, estaríamos ante una horrible tragedia,  quizá motivada por un acto de locura, un horror que atribuir a  un necesario arrebato demente. Pero la vida de ese hombre débil, mentiroso, que esquilmaba el dinero de sus allegados, a veces los ahorros de toda una vida de trabajo para sostener una vida a todo tren es tan sórdida que produce un hondo sentimiento de desprecio. Fue un hombre absolutamente superado por las circunstancias, unas circunstancias absurdas e increíbles generadas por él  que ante la incapacidad para afrontar su realidad ante sus personas más allegadas eligió  destruirlos.

Me ha gustado el libro, aunque en el plano emocional, no he conseguido lo que buscaba, no he conseguido entender.  No es un defecto de Carrere, creo que es un relato impecable de los hechos y una labor de investigación y de aproximación al personaje realmente muy notable. Pero es una historia tan absurdamente increíble que cuesta asimilarla.

La sensación que me queda al final es sobre todo la de una sociedad hipócrita, pacata. La figura de los visitadores de prisiones que lo aprecian, se preocupan de que tenga ropa de abrigo... La figura muy presente del catolicismo, en el mejor amigo de Romand, en el propio asesino, su elitista círculo social... la imposibilidad de hacer justicia, porque todo se relega al plano de la trascendencia, no desde el aspecto de la judicatura, del tribunal que le juzga, sino en la búsqueda de una justicia superior. Éste aspecto del libro me ha dejado un tanto descolocada.

Hay dos versiones cinematográficas sobre esta historia: una francesa del mismo título del libro protagonizada por Daniel Auteuil y otra española "La vida de nadie" con José Coronado, Adriana Ozores y Marta Etura, que vi hace tiempo y está bien, aunque edulcora mucho el final de los hechos.