Recuerdo en medio de tanta felicidad haberte oido repetir dos frases que me dijiste en diferentes ocasiones: "Sólo espero de la vida que me mande personas de las que poder aprender" y "Cuando el alumno está preparado, el maestro aparece"
Supongo que no acepto tu muerte, de ahí el sueño. Pero a pesar de que no tengo fe en otra vida y no creo en la trascendencia, me gusta creer que me has hecho una visita. Recuerdo una conversación sobre la vida y la muerte, sobre la vida después de la muerte, en la que tú creías firmemente y yo no: "te tengo que convencer", me decías...¿Pretendias ayer darme una prueba de tu nueva forma de existencia?
En cualquier caso, me encantará que vuelvas.